En el día de ayer el Embajador de España en Brasil, Manuel de la Cámara, participó en el seminario “Nuevos flujos de trabajadores migrantes para Brasil- Desafíos para los poderes públicos”, organizado por el Consejo Nacional de Inmigración en colaboración con el Observatorio de Migrações Internacionais (OBMigra) y la participación de las comisiones de Relaciones Exteriores, de Defensa Nacional y de Administración y Servicio Público del Congreso Nacional
brasileño.
El
seminario, que tuvo lugar en la Cámara de los Diputados, fue presidido por la diputada Jô Moraes, e inaugurado por el ministro de Trabajo y Seguridad Social brasileño, Miguel Rossetto. Su objetivo es discutir el contexto actual de las migraciones internacionales en Brasil, especialmente la cuestión de los flujos migratorios. Estos flujos se intensificaron a comienzos de la década actual, teniendo como máximo exponente a los ciudadanos de Haití que llegaron a Brasil desplazados por la difícil situación en la que se encuentra su país de origen. Este cambio de contexto justifica que se esté discutiendo en la Cámara de los Diputados una nueva ley de inmigración que sustituya a la actual de 1980, en cuyo marco ha tenido lugar este encuentro.
Entre los invitados a participar en el seminario se encontraban importantes interlocutores en la materia, como el diputado Eduardo Barbosa, presidente de la subcomisión permanente sobre migraciones, la diputada Bruna Furlan, que preside la comisión especial que analiza el proyecto de la nueva Ley de Emigración, o el embajador Rodrigo Amaral. A ellos se les añadieron el presidente de la CNIg, Paulo Sergio de Almeida y el profesor de la UNB y coordinador científico del OBMigra, Leonardo Cavalcanti.
Por su parte, el embajador de España fue invitado dada la experiencia en gestión migratoria de España, uno de los países, junto a EEUU, que mayor número de emigrantes ha recibido en la primera década del siglo XXI.
En ese contexto, el embajador De la Cámara ha recordado que España tiene más de dos millones de ciudadanos registrados en el exterior, fruto de la emigración que nuestro país vivió en el pasado, especialmente entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, en los años 90 del siglo pasado esta tendencia cambió, hasta el punto de que nuestro país recibió alrededor de 5 millones de inmigrantes en unos años, cifra que alcanzaba el 20% de toda la población activa. El gobierno y la sociedad españolas pusieron todo su esfuerzo en lograr que esta población tuviera pleno acceso a los servicios públicos de salud, educación, asistencia social y derechos sociales.
Como ha recordado el embajador, a partir de 2013 se aplica en España una nueva política migratoria, destinada a atraer a talento e inversión extranjera, usándola como una política más para incrementar la competitividad de la economía española, de la cual el máximo exponente es la Ley 14/2013 de apoyo a los emprendedores.
Este es un ejemplo de la nueva política migratoria de nuestro país. Hay que añadir que la importancia dada por el legislador brasileño a España como estado que ha aplicado unas políticas exitosas en momentos de dificultad en este ámbito, se demuestra con la participación de otros dos expertos españoles en la materia, Sònia Parella, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y Ricardo Fernández Fidalgo, subdirector del ministerio de Empleo y Seguridad Social de nuestro país.
Por último, hay que destacar que Fernández Fidalgo, junto con otros expertos desplazados para la ocasión desde España (Carlos Mora Almudí, Sara Corres Armendáriz y Paloma Martínez Gamo), participan en un programa de asistencia técnica con Brasil, organizado y coordinado por la consejería de empleo de la embajada de España en Brasil. Dicho programa, que tiene por objetivo a los trabajadores altamente cualificados, se expondrán a las autoridades federales, estatales y locales en Brasilia, Rio de Janeiro y S. Paulo, las medidas adoptadas en España para reducir las dificultades y obstáculos burocráticos en los trámites administrativos inmigratorios, de manera que se permita a estos profesionales desplazados obtener con facilidad y rapidez sus visados y permisos de trabajo. Este programa se realiza con el espíritu claro de que el inmigrante trabajador cualificado no es un competidor de la mano de obra local, sino que debe verse como un factor multiplicador de riqueza en la economía de un país.