Cuarenta países del Consejo de Europa, entre ellos España, han suscrito en Reikiavik un registro de daños y perjuicios por la intervención de Rusia en Ucrania; otros tres han mostrado su intención de hacerlo y a él también se han adherido la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, Japón y Canadá, que tienen estatus de observadores. En opinión de José Manuel Albares, la creación de ese registro es “un primer paso para garantizar que no queden crímenes impunes”.
La cumbre de Reikiavik ha servido también para ampliar la declaración de derechos humanos y reforzar los principios democráticos que están en la base de la construcción del Consejo de Europa. Según el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, “actualizamos al siglo XXI valores como la emergencia climática, la igualdad de género o la lucha contra la violencia contra las mujeres”.
Durante su estancia en la capital islandesa, el ministro Albares ha mantenido reuniones bilaterales con la presidencia islandesa del Consejo de Europa y con algunos de sus homólogos.