La suma de delincuencia común, guerrilla, narcotráfico y otros grupos irregulares definen un especial clima de violencia e inseguridad en diversas zonas del país. Aunque se ha firmado un acuerdo de paz con el principal grupo guerrillero existente en Colombia, las FARC, la situación de seguridad en los departamentos más periféricos del país, sigue siendo extremadamente volátil por la existencia de otros grupos armados ilegales; por ello se recomienda vivamente el que se sigan extremando todo tipo de precauciones.
En todo caso conviene tener presente que los ciudadanos occidentales no son objetivo de las guerrillas colombianas, pero si se encuentran en una de las zonas donde actúan, fácilmente se pueden convertir en un “daño colateral” de sus actividades terroristas.
Las zonas rurales del país son peligrosas y algunas muy peligrosas. En los últimos meses ha habido un repunte en la utilización de escopolamina y sustancias similares en las zonas turísticas del país por lo que se recomienda extremar las precauciones al interactuar con personas desconocidas.
Asimismo, y si bien los grandes núcleos urbanos son razonablemente seguros, conviene también extremar la precaución en las principales ciudades colombianas. Durante los últimos meses la inseguridad está creciendo de forma alarmante en las grandes capitales del país (Bogotá, Calí, Medellín, Barranquilla y Cartagena de Indias), por lo que es recomendable extremar la sensatez y la prudencia, especialmente en las salidas nocturnas y en lugares turísticos y de alta concentración popular, así como especial cuidado en medidas de autoprotección como no exponerse sin necesidad a usar teléfonos móviles en la vía pública, sobre todo en lugares poco frecuentados, ni sacar billeteras. No pasear por lugares solitarios.
Debe abstenerse de coger taxis en la calle, y tan solo utilizar los de agencias y empresas de taxi que merezcan confianza y que identifiquen debidamente al taxi y al conductor. Asimismo, en Colombia se ha popularizado solicitar un servicio de taxi a través de aplicaciones telefónicas como “Easy taxi” o “Tappsi” que funcionan razonablemente bien y con aceptables índices de seguridad; la aplicación “Uber” también es muy utilizada en Colombia.
Es importante seguir las instrucciones del párrafo anterior ya que, en algunas ciudades del país, especialmente en Bogotá, falsos taxistas cometen el crimen conocido como “paseo millonario” o “secuestro express”, que consiste en secuestrar a una persona durante unas horas para robarle y extorsionarle. En caso de ser víctima de uno de estos crímenes se aconseja encarecidamente no forcejear ni resistirse para evitar males mayores, y denunciar siempre los hechos ante las autoridades.
Si no hay más remedio que tomar un taxi en la vía pública, se procurará que sea en zonas de poca afluencia turística y deberá comprobarse que la matrícula del vehículo coincida con el número fijado en las puertas y en las lunas de las ventanas de las puertas laterales traseras, en el interior deberá exhibirse la identificación del taxi y la del conductor, se comprobará que no hay otra persona dentro aparte del conductor y que la bandeja trasera del maletero está en su sitio. Al solicitar un taxi por teléfono siempre se deberá anotar el número de matrícula (placa), así como pedir este dato si no se recibe; al llegar el taxi solicitado, aunque el conductor conozca el nombre de quien lo solicitó, se deberá verificar el número de matrícula antes subirse, pues muchos taxis ilegales tienen acceso a las conversaciones de radiotaxi.
Es importante prestar atención a los delitos informáticos que se dan con frecuencia en todo el país, pero especialmente en los centros de consumo de las grandes ciudades (clonación de tarjetas o robo informático de números de tarjeta de crédito, por ejemplo).
Zonas de alto riesgo (deben ser evitadas): En general las zonas rurales y montañosas, ya que en buena parte de las mismas tienen su asiento la guerrilla y otros grupos irregulares. Deben evitarse igualmente los desplazamientos por carretera durante la noche. Son zonas especialmente problemáticas la región de los Llanos orientales, muy especialmente los departamentos del Meta, Guaviare, Casanare y Caquetá; los Montes de María, en la subregión del Caribe colombiano, ubicada entre los departamentos de Sucre y Bolívar; la zona noroeste, en torno a la frontera con Panamá y el golfo de Urabá; el departamento de Norte de Santander (en este caso especialmente la región de Catatumbo); el Departamento de Arauca; el Departamento de Cauca; el Departamento de Nariño, especialmente la ciudad de Tumaco; el Departamento de Putumayo y el Departamento del Chocó.
Zonas de riesgo medio: Prácticamente el resto del país. Bogotá y las capitales de los distintos departamentos son más seguras que las zonas rurales.
En el Parque Nacional Tayrona existen playas de alto riesgo por la peligrosidad de sus aguas. Se recomienda utilizar sólo las zonas señalizadas y seguir las indicaciones de las autoridades. No conviene tampoco realizar excursiones adentrándose en profundidad en el interior de dicho Parque, dada su cercanía a la Sierra Nevada de Santa Marta, donde hay posible presencia de grupos armados.
Zonas sin problemas: Aunque siempre puede existir la posibilidad de algún atentado y de ser víctima de delitos, sobre todo si no se adoptan las debidas precauciones, hay, no obstante, mayor tranquilidad en los destinos turísticos más importantes del país: la ciudad de Cartagena de Indias (no así el resto del Departamento del Bolívar hacia el interior), las islas de San Andrés y Providencia en el mar del Caribe, Popayán (no el resto del departamento de Cauca), la ciudad de Leticia en Amazonas, Medellín, Cali y Bogotá (en las zonas más seguras). En todas las ciudades, sin embargo, es conveniente adoptar precauciones ante eventuales robos y demás delitos.